domingo, 9 de junio de 2013

ENVEJECIMIENTO 
Es un proceso cíclico  continuo en donde hay un deterioro físico  fisiológico y mental caracterizado por un desgaste celular.
HISTORIA
El interés por la vejez y los procesos de envejecimiento se ha producido a lo largo de toda la historia de la humanidad aunque no siempre con un carácter científico. Los seres humanos 
de todas las épocas se han preocupado por prolongar su vida con la intención de luchar contra la muerte y alcanzar la eterna juventud.
Birren (1961) distingue tres períodos históricos en la investigación del envejecimiento:
1. Período inicial, comprendido entre 1835 y 1918.
2. Comienzo de la investigación sistemática del envejecimiento, situado entre ambas guerras mundiales.
3. La “fase de expansión de las investigaciones sobre el envejecimiento”.239 Posteriormente, Lehr (1980) basándose en Birren señala que los principales momentos históricos en el estudio del envejecimiento pueden ser agrupados en cuatro periodos 
denominados:
1. Manifestaciones precientíficas.
2. Período inicial de la investigación científica de los procesos de envejecimiento psíquico.
3. Comienzo de la investigación sistemática del envejecimiento.
4. Fase de expansión de las investigaciones sobre el envejecimiento. Fernández Ballesteros (2000) compendia los periodos 
citados anteriormente de Lehr en tres denominados:
1. Precursores.
2. Antecedentes científicos.
3. Consolidación.
La propuesta histórica que se presenta recoge las aportaciones de estos autores pero pretende ir más allá. Se considera la existencia de tres fases históricas que se corresponden con el nacimiento y desarrollo de tres disciplinas distintas y claves en el estudio del envejecimiento: la Geriatría, la Gerontología y la Psicogerontología. Estas disciplinas no se desarrollan a lo largo de períodos temporales estancos sino a lo largo de un continuo 
histórico por lo que no se realiza una delimitación fechada para cada fase.                                                                                                                                                               Las tres fases históricas del envejecimiento son las siguientes:
1. Fase de arranque en la investigación sobre el envejecimiento (Geriatría).
2. Fase de desarrollo en la investigación sobre el envejecimiento (Gerontología).
3. Fase de eclosión en la investigación sobre el envejecimiento (Psicogerontología).


Consecuencias del envejecimiento
En resumen, el envejecimiento está asociado con dos procesos que se superponen y que finalmente llevan a la muerte del organismo: la degeneración progresiva de las células y la pérdida de la capacidad regenerativa. Tanto la degeneración como la regeneración de las células son procesos que ocurren en cada una de las etapas de la vida y permanecen en un perfecto equilibrio en condiciones normales, no patológicas. Los puntos de control y los mecanismos de reparación celulares permiten que las células dañadas sean reemplazadas, preservándose así la integridad funcional de tejidos y órganos. Sin embargo, en el envejecimiento este balance se inclina hacia la degeneración. Los mecanismos de degeneración están principalmente relacionados a la generación de especies reactivas del oxigeno  y a la glicacion de proteinas; ambos procesos estrechamente relacionados a factores ambientales. Por otra parte, la pérdida de la capacidad de proliferación y regenerativa estaría determinada genéticamente por el acortamiento de los telomeros y los procesos de muerte celular.
Esta visión resalta la importancia y participación tanto de factores exógenos como endógenos en el envejecimiento, por lo que es muy probable que el envejecimiento del organismo no ocurra por un único motivo, sino por el suma de múltiples factores y procesos, cuyo balance general determina que el individuo envejezca.
Por otro lado, es evidente que existen factores ambientales y comportamentales que pueden colaborar en el proceso de degradación o al contrario reforzar los mecanismos de defensa:
  • los fumadores, debido a la inhalación permanente de radicales libres de oxígeno, pueden presentar ciertas manifestaciones de envejecimiento prematuro y un incremento en la frecuencia de patologías asociadas al envejecimiento, como las cataratas;
  • la exposición repetida a laluz ultra violeta puede provocar un envejecimiento prematuro de la piel, por las mismas razones;
  • la restricción calórica, iniciada en cualquier momento de la vida, mejora la mayor parte de los parámetros biológicos e incrementa la longevidad; sin embargo, si la restricción calórica es extrema, como ocurre en la anorexia , se produce una disminución de la fertilidad  (lo que evidencia de nuevo la relación entre envejecimiento, equilibrio energético y reproducción);
  • una dieta equilibrada, rica en fibras y vegetales, que presentan antioxidantes naturales, produce también un efecto positivo sobre el mantenimiento de las funciones celulares.
Envejecimiento activo
Fue definido en 1999 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen". Dicho concepto también fue adoptado por la segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, celebrada en 2002 en Madrid, España.
El término "activo" se refiere a la participación continua de los adultos mayores en forma individual y colectiva, en los aspectos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos, y no solamente a la capacidad para estar físicamente en lo laboral o participar en la mano de obra.
Ahora bien, en el plano operativo, dicho concepto se refiere al empoderamiento de los adultos mayores en los aspectos biológicos, psicológicos y sociales en los que están inmersos, considerando cambios inherentes a la edad, riesgos ambientales y psicosociales, así como las medidas preventivas que pueden aplicar. ha sido designado por la union europea como el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la solidaridad intergeneracional.  Su objetivo es animar a los Estados miembro a encontrar soluciones innovadoras para los problemas económicos, sociales y sanitarios de una población que envejece y a invitar a los mayores a seguir jugando un papel importante en la sociedad, además de fortalecer la solidaridad intergeneracional.

ARTÍCULO CIENTÍFICO 

SABER ENVEJECER: ASPECTOS POSITIVOS
Y NUEVAS PERSPECTIVAS
To know how to age: positive aspects and new perspective
Dra. Paz Franco Módenes
E-mail: pazfranco2002@yahoo.es
Dr. Antonio Sánchez Cabaco
E-mail: ascabaco@upsa.es
(Universidad Pontificia de Salamanca)

Foro de Educación, n.o 10, 2008, pp. 369-383
ISSN: 1698-7799




RESUMEN: El proceso de envejecimiento se caracteriza por su universalidad,
afectando a todos los seres humanos. Tiene su origen en la concepción del ser, se
desarrolla con el paso de los años y termina, indefectiblemente, con el final de la vida.
El estudio del envejecimiento está justificado por el aumento significativo de personas
mayores de 65 años presentes en la sociedad actual. Además, la evolución demográfica establece que seguirán aumentando. Esto supone la necesidad de crear estrategias
rehabilitadoras y preventivas, que puedan retrasar o prevenir los problemas relacionados con la edad. Aunque en un principio se consideraba al envejecimiento en términos
de deterioro y degradación con aspectos claramente negativos, hoy en día, esos planteamientos han quedado obsoletos. Aparece un nuevo concepto de envejecimiento
basado principalmente en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores. Así,
en el momento actual, no se considera, el envejecimiento como un proceso involutivo
sino, por el contrario, de evolución, crecimiento y desarrollo, basado, principalmente en
la experiencia de las personas mayores.
Para favorecer el envejecimiento saludable es necesario mantener y cuidar la
salud haciendo ejercicio físico, realizar una dieta adecuada etc, y al mismo tiempo mantener ágil la actividad mental, no sólo a través de las actividades más cotidianas sino
realizando programas de entrenamiento cognitivo para personas mayores. Estos programas están destinados a mejorar y mantener la capacidad perceptiva, atencional y
mnésica proporcionando a las personas mayores estrategias que les permitan realizar
una codificación y recuperación de la información adecuada a cada situación.
Palabras clave: Envejecimiento, Déficits sensoriales, Programas de entrenamiento,Vulnerabilidad vs crecimiento.


Fecha de recepción: 1-IX-2008
Fecha de aceptación: 25-IX-2008

I. Características del proceso de envejecimiento
El proceso de envejecimiento es un fenómeno de carácter universal que
afecta a todas las personas. Este proceso natural tiene su origen en la concepción
del ser, se va desarrollando durante toda la vida y termina, indefectiblemente,
al final de la vida. Su estudio cobra cada vez más importancia debido, en
primer lugar, al aumento del número de personas mayores de 65 años presentes en la sociedad actual (Volz, 2000; Schaie, 2003; Giro, 2006; Fernández
Lopiz, 2002), y por la posibilidad que existe de prevenir, aliviar y/o retrasar los
problemas propios de esa edad. Se establece como reto conseguir una demora en la aparición de enfermedades crónicas y aumentar el número de años
vividos sin discapacidad (Botella, 2005).
Las características generales del proceso envejecimiento (Bentosela y
Mustaca, 2005; Triadó y Villar, 2006), se pueden resumir en ser un proceso continuo, progresivo, irreversible, heterogéneo, individual, universal y con presencia de cambios físicos y psico-sociales.
Aunque en un principio se consideraba al envejecimiento en términos de
deterioro y degradación con aspectos claramente negativos, hoy en día, esos
planteamientos han quedado obsoletos. Aparece de esta manera, un nuevo
concepto de envejecimiento asentado en la magnífica calidad de vida que presentan muchas personas mayores. Esto es debido, en gran parte, a los avances
de la medicina, el mayor nivel cultural de la población y al espectacular cambio de la esperanza de vida, es decir, el promedio de tiempo que podemos
esperar vivir (Stuart, 2002), que ha aumentado de forma considerable (Belsky,
2001; Schaie, 2003; Mella, González, D’Appolonio, Maldonado, Fuenzalida y
Días, 2004; Giró, 2006).
Por tanto, la conceptualización actual del envejecimiento no lo entiende
como un proceso involutivo, con regresión a estadios anteriores, sino como
una evolución (Montañes y Latorre, 2004), asociándolo a un período de crecimiento y desarrollo, y priorizando la experiencia de la persona mayor (García
Prada, 1997; Lorenzo y Fontán, 2003; Triadó y Villar, 2006).Ya en su momento,
la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante Resolución 46/91, de
16 de diciembre, aprobó los Principios de las Naciones Unidas a favor de las
personas de edad entre los que se encuentran: independencia, participación,
cuidados, autorrealización y dignidad.
En esta misma línea, aparecen nuevos métodos e instrumentos de evaluación que descartan la idea de deterioro universal e irreversible para el ser
humano.Y aunque el proceso de envejecimiento conlleva cambios fisiológicos,
psicológicos y sociales, esto no significa que la vejez sea una etapa patológica
(Muñoz, 2002; Montañés y Latorre, 2004). Así, se celebró en Madrid la II
Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento de las Naciones Unidas (2002), y
en su transcurso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó el
documento «Salud y envejecimiento», que plantea una visión positiva del
envejecimiento bajo el concepto de «envejecimiento activo».
 Según la OMS,«envejecimiento activo es el proceso de optimización de las oportunidades de
salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen». Igualmente, y acotando el espacio a nuestra
Comunidad Autónoma, el II Congreso de personas mayores de Castilla y León
(2003) presentó una ponencia titulada «Envejecimiento activo y participación».
Parte de la premisa siguiente:
«¡No se deja de crear cuando se envejece!
¡Se envejece cuando se deja de crear!»
Plantea el hecho de que tradicionalmente, las personas mayores tenían
asignado un papel pasivo en la sociedad, sobre todo desde el momento de su
jubilación. En la actualidad, han pasado a desempeñar un papel eminentemente activo basado en los derechos, en la participación y en todos los ámbitos de la vida comunitaria.
Desde un punto de vista biológico, existe una gran variabilidad interindividual en el proceso de envejecimiento estableciendo que la mayor parte de las
personas estarían ubicadas en el rango normal de esta variabilidad (Mella,
González, D’Appolonio, Maldonado, Fuenzalida y Días, 2004). Así, el término
envejecimiento orgánico pretende establecer los cambios producidos en nuestro cuerpo con el paso de los años. Pero no todas las personas envejecen de la
misma manera (Giró, 2006). Aunque han sido muchos los intentos para predecir cómo será el proceso de envejecimiento de los seres humanos, solo se ha
podido llegar a la conclusión de que cada individuo es su edad cronológica, es
decir, la fecha de su nacimiento. En todos los demás aspectos se encuentra una
gran variabilidad en el envejecimiento de cada sujeto. Esto es debido a que el
transcurso del tiempo no es igual para todos los individuos y que el envejecimiento orgánico no es un estado sino un proceso diferencial de cambio. Así,
dos personas con la misma edad cronológica pueden presentar diferentes ritmos en su proceso de envejecimiento (Belsky, 2001; Schaie, 2003).
Sin duda, no podemos obviar que a mayor edad mayor vulnerabilidad
presenta la persona, debido, entre otras cosas, al aumento de las probabilidades de sufrir desórdenes orgánicos o cognitivos (Díaz, Martín y Peratia, 2006).
Pero ¿cuándo un comportamiento se considera «normal» o «patológico»? En
la respuesta a esta pregunta se encuentra la diferencia entre un envejecimiento normal y un envejecimiento patológico (Muñoz, 2002).
Hoy en día, se acepta que los sistemas sensoriales y cognitivos sufren una
decadencia paulatina aunque no llega a presentarse una extrema gravedad. Se
considera que estos déficits progresivos no se deben a la presencia de ninguna patología siendo ésta una de las características más importantes del envejecimiento normal (Fernández Lopíz, 2002; Triadó y Villar, 2006). Por el contrario, el envejecimiento patológico, se corresponde con los aspectos más
médicos del desarrollo humano, directamente relacionado con las enfermedades crónicas como enfermedades vasculares, arterioesclerosis, demencias y
otras (Muñoz, 2002; Montañés y Latorre, 2004). La diferencia entre el envejecimiento normal y el patológico se establece en la acumulación de factores de
riesgo y de enfermedades que se presentan en el proceso de envejecimiento
durante todo el ciclo vital y en todas las personas (Muñoz, 2002). Existe otro
tipo envejecimiento denominado como óptimo y que solo acompaña a un
escaso número de personas mayores, donde las consecuencias típicas de la
edad apenas presentan manifestaciones evidentes. Este proceso de envejecimiento es el menos común de todos los presentados (Vega y Bueno, 2000).
Siguiendo este planteamiento, se establecen, por tanto, dos conclusiones
básicas; la primera, que el envejecimiento no es un estado sino un proceso y
que dicho proceso no es unitario y se caracteriza por una amplia variabilidad
inter e intraindividual. (García Prada, 1997). A lo largo del ciclo vital se presentan tanto los procesos involutivos que plantea el modelo deficitario como
innumerables vivencias y conductas no involutivas recogidas en las biografías
personales de cada individuo (Giró, 2006).
La segunda conclusión del proceso de envejecimiento es su dimensión
multi-causal siendo el método más indicado para su estudio un enfoque multidisciplinar. De esta manera, estarán presentes en su estudio distintas disciplinas. Concretamente la psicología del envejecimiento tiene como objetivo
estudiar el proceso del desarrollo del proceso humano desde el nacimiento
hasta el final de la vida. La gerontología designa todas las disciplinas ligadas al
proceso de envejecimiento abarcando todos los problemas propios de la vejez
y la geriatría se vincula al estudio del envejecimiento desde una posición médica (Belsky, 2001; Schaie, 2003).
Es manifiesta la existencia de alteraciones fisiológicas y psicológicas en el
proceso de envejecimiento. En un intento de estructurar las diferentes teorías
que explican esos deterioros fisiológicos, encontramos no sólo aquellas que
estudian el envejecimiento observando cómo se envejece sino otras que pretenden conocer cómo es la velocidad del envejecimiento. Entre las primeras
podemos citar las teorías orgánicas en las que están incluidas, la teoría inmunológica, que establece que el proceso de envejecimiento se debe a una disminución de las defensas del organismo frente a infecciones y agentes extraños.
Y la teoría neuroendocrina, que hace referencia a los cambios degenerativos
que aparecen tanto en el cerebro como en el sistema nervioso durante el proceso de envejecimiento. Otras denominadas teorías celulares presentan como
base principal el estudio de las duplicaciones celulares. Por último, las teorías
del envejecimiento programado (Programa genético del envejecimiento) abogan por la existencia de un control genético, que se origina en el momento del
nacimiento y paulatinamente va deteriorando el organismo hasta provocar la
muerte. Las segundas, relacionadas con el estudio de la velocidad del envejecimiento, abarcan no sólo las teorías evolutivas sino también las teorías denominadas moleculares representadas por temas tan actuales como los daños de
oxidación presentes en el proceso de envejecimiento por la presencia de los
radicales libres derivados del oxígeno o la teoría del desgaste que establece que
las células somáticas presentan cierto sufrimiento como «efecto secundario»
de su trabajo fisiológico, entre otras.
Foro de Educación, n.o 10, 2008, pp. 369-383 373
Desde la vertiente psicológica se presenta igualmente un intento de clasificar las diferentes teorías que pueden explicar los cambios producidos en el
proceso de envejecimiento. Así, desde la perspectiva conductista el proceso del
envejecimiento está marcado por la utilización del refuerzo repetido y el mecanismo de extinción. Esta será la base para entender que la conducta permanezca estable a lo largo de los años, e incluso para que puedan aparecer cambios relacionados con la edad. La perspectiva del procesamiento de la
información sobre el envejecimiento tiene como objetivo básico comprender
cómo pensamos. Este enfoque se utiliza, especialmente, para establecer el
deterioro cognitivo relacionado con la edad. Pretenden explicar porqué las personas mayores reaccionan más lentamente, o porqué se originan pérdidas en
ciertas habilidades a medida que aumenta la edad, etc. para procurar una
mejor calidad de vida en las personas mayores (Belsky, 2001).
Así, aparece un nuevo concepto denominado «envejecimiento satisfactorio». Nace de la distinción entre un proceso de envejecimiento patológico, es
decir, caracterizado por una patología grave, y un patrón de envejecimiento
normativo, donde no aparece ninguna enfermedad grave, aunque sí un cierto
aumento del riesgo a poder padecerlas relacionado con el aumento de la edad
(Triadó y Villar, 2006). Este envejecimiento satisfactorio contradice los estereotipos tradicionales asociados a las personas mayores y la vejez. Esto también
nos permite determinar qué factores posibilitan este éxito evitando así, que las
personas mayores se dirijan a un envejecimiento patológico.
Un proceso de envejecimiento plagado de aspectos positivos (buen envejecer) no empieza a partir de los 60 años. Las bases que establecen un envejecimiento saludable se asientan en los estilos de vida de las personas mayores
manteniendo un cuerpo y una mente sanos (Schaie, 2003). Por tanto, para que
exista un buen proceso de envejecimiento es necesario mantenerse física y
mentalmente activos. Cada vez más se utiliza la premisa «úsalo o piérdelo», es
decir, el mantenerse activos en todos los ámbitos favorece la protección de las
funciones cognitivas, que tienden a deteriorarse como consecuencia de la
edad. (Bentosela y Musaca, 2005).
La Sociedad Gerontológica Americana establece como lema: «No añadir
años a la vida, sino vida a los años». Pero ¿qué tipo de vida añadir a los años?
Sin duda, añadir a sus años calidad de vida, en forma de aspectos como mejorar la salud física y mental, establecer relaciones con el entorno, no descuidar
la productividad social, etc. (García, 1997; Lorenzo y Fontán, 2003; Sanduvete,
2004; Corrales, Tardón y Cueto, 2000).
En este sentido, son importantes los aspectos tanto físicos como psicoló-
gicos que proporcionan las actividades de ocio (Sáez y Meléndez, 2002) como
por ejemplo, realizar ejercicio físico (Garcés, 2004; Boraita, 2000). Por una
parte, se fortalece el sistema muscular, se aumenta flexibilidad corporal, se
mejora la coordinación psicomotora, etc. Pero también favorece la actividad
social como el conocimiento y trato con otras personas de la misma edad, evitar el sentimiento de soledad, aumento del círculo de amistades, etc. (García
Prada, 1997; Belsky, 2001; Lorenzo y Fontán, 2003).
Existen una serie de características que favorece el envejecimiento saludable (Muñoz, 2002, Bentosela y Mustaca, 2005; Schaie, 2003; Giró, 2006)
como son el mantenimiento y cuidado de la salud, realizar una dieta adecuada, hacer ejercicio físico, mantener un peso adecuado, no presentar conductas
de riesgo como consumo de tabaco, alcohol o drogas, detección precoz de las
enfermedades y llevar a cabo un entrenamiento específico de las funciones
cognitivas.

II. Alteraciones perceptivo-atencionales y mnésicas en el proceso de
envejecimiento
Muñoz y Alix (2002) señalan que en el proceso de envejecimiento todas
las modalidades sensoriales sufren modificaciones, bien en la percepción del
estímulo, en su tratamiento o en el análisis que realiza la persona mayor. Además, estos mismos autores señalan que las deficiencias perceptivas más notables en el envejecimiento son la visión y la audición. Ambas inciden de forma
negativa en la estimulación cognitiva. Esto podría explicar la presencia en las
personas mayores de un mayor tiempo de reacción sumado, lógicamente, a la
lentitud psicomotora a la hora de presentar una conducta. También Veiel, Storandt y Abrams (2006) señalan que las personas mayores son más lentas que
los jóvenes para detectar cambios en los estímulos visuales simples.
Vega y Bueno (2000) y Fernández Lopiz (2002) establecen que los procesos perceptivos se enlentecen al aumentar la edad. Específicamente se han
señalado como alteraciones perceptuales en el envejecimiento, la existencia de
una pérdida de la agudeza visual que les impide percibir con precisión los distintos estímulos visuales (Montañés y Latorre, 2004). Igualmente se produce
una alteración en la percepción de las imágenes visuales cercanas que puede
presentar algún tipo de decremento en el proceso de la percepción (Muñoz,
2002, Belsky, 2001; Schaie, 2003; Montañés y Latorre, 2004). En la misma línea,
Belsky (2001) señala que existen dificultades en la discriminación cromática del
entorno, así como una menor capacidad de ignorar la información irrelevante
o redundante. Otros autores (Vega y Bueno, 2000), han encontrado diferencias
de edad mínimas en la realización de tareas automáticas, que aumentan y se
hacen más evidentes al llevar a cabo tareas de procesamiento controlado y
activo. Establecen, al mismo tiempo, una clara dificultad para poder conseguir
percepciones organizadas de los estímulos ambiguos, incompletos o poco
estructurados. Esto se manifiesta en una menor flexibilidad en reorganizar o
cambiar una percepción, una vez que ésta se ha realizado. Estos parámetros
implican que las personas mayores presentan una codificación más lenta de la
información (Anstey, Butterworth, Borzycki y Andrews, 2006; Montañés y
Latorre, 2004). También establecen deterioros tanto en el procesamiento, el
aprendizaje y recuperación de información como en la solución de problemas
y la rapidez de respuesta. Este déficit en los procesos cognitivos afecta no sólo
a la memoria sino también a las funciones ejecutivas (Bentosela y Mustaca,
2005; Lorenzo y Fontán, 2003; Montañés y Latorre, 2004). Como consecuencia, se produce un enlentecimiento cognitivo generalizado del sistema nervioso central, que ocasionaría un aumento en la proporción de información que
se pierde en cada paso (Bentosela y Mustaca, 2005).
En cambio Murphy, Schneider, Speranza y Moraglia (2006) no encontraron diferencias por la edad en las capacidades visual y auditiva, estableciendo
que, a pesar de los problemas aparecidos en el envejecimiento normal que
afectan a ambos sistemas, éstos se preservan de forma correcta con la edad.
En la misma línea, Lorenzo y Fontán (2003) concluyen que el anciano
normal no tiene deterioro cognitivo significativo y establecen que el anciano
normal es un sujeto normal en las áreas perceptivo-atencionales. Lezak (1999)
afirma que existe un cierto deterioro en el envejecimiento que tendría como
manifestaciones más importantes, enlentecimiento en la velocidad de procesamiento de la información, cierto decremento en la capacidad para codificar,
almacenar y evocar informaciones nuevas e incluso una reducción a nivel lexical.Todos estos decrementos son compensados por la experiencia vital a la que
se considera como realmente importante.
Bentosela y Mustaca (2005) consideran que en el envejecimiento normal
se producen algunos cambios asociados a la declinación general de las funciones fisiológicas. Esto dará lugar a un conjunto de deficiencias a nivel conductual, cognitivo y emocional. Sus resultados muestran un deterioro en los procesos cognitivos, en general y de la memoria y las funciones ejecutivas, en
particular. Apuntan, asimismo, que en el envejecimiento se producen deterioros en el procesamiento del aprendizaje y recuperación de la nueva información, la solución de problemas y la rapidez de la respuesta.
Otros autores como Wood, Edward, Clay, Wadley, Roenken y Ball (2005)
señalan que las debilitaciones sensoriales y cognoscitivas relativas a la edad se
han relacionado con las capacidades funcionales en las personas mayores. Y
destacan la importancia de los programas de entrenamiento de diferentes
aspectos como las capacidades sensoriales y cognoscitivas para mantener las
capacidades funcionales.
A lo largo del ciclo vital, los procesos mentales son menos eficientes (Ventura, 2004), lo que ha permitido constatar que los procesos perceptivos y atencionales enlentecen al aumentar la edad (Vega y Bueno, 2000; Fernández
Lopín, 2003; Antón, 2007).
En este sentido, Pereiro y Juncos (2001), encuentran una disminución de
la capacidad atencional relacionada con el aumento de la edad, diferenciando
el rendimiento cognitivo entre personas mayores y adultos de mediana edad.
Ventura (2004) propone que los adultos mayores son más lentos en la realización de muchas tareas y poseen peor memoria que cuando eran jóvenes. En
realidad, existen abundantes argumentos que indican que a medida que se
envejece, los procesos mentales actúan de forma más lenta. Así, según este
mismo autor, las áreas en las que mejor se aprecian los cambios cognitivos de
la persona que envejece son: atención, memoria, lenguaje, habilidad viso-espacial e inteligencia. En la misma línea, Juola (2001) señala que parece evidente un
deterioro de los procesos cognitivos con el trascurso de los años. Pero no todos
los procesos cognitivos evolucionan de la misma manera a lo largo del ciclo
vital. Así, los procesos automáticos soportan mejor los efectos de la edad mientras que los controlados presentarían mayores deficiencias. Hay una serie de
características que diferencian ambos procesos (automáticos y controlados). Los
procesos automáticos no requieren atención o muy poca, no son controlados
por el sujeto, procesan la información en paralelo, están implicados en la realización de tareas simples, no mejoran con el efecto de la práctica, no sufren
modificaciones una vez adquiridos, son como rutinas que se encuentran almacenadas en la MLP y son procesos no conscientes. Por el contrario, los procesos
controlados requieren de grandes recursos atencionales, dependen de la intencionalidad y el control del sujeto, procesan la información en serie, están implicados en la realización de tareas complejas, sufren modificaciones por el efecto
de la práctica, están relacionados con la MCP y son procesos conscientes (Miliken y Lupiañez, 1999; Rueda, Tudela y Lupiañez, 2000).
Con todos los argumentos presentados, se puede concluir que no existe
un deterioro generalizado en el envejecimiento de los procesos cognitivos de
entrada de información ni tampoco en las funciones ejecutivas. Sin embargo,
el declive en el desarrollo evolutivo es evidente en el mecanismo atencional
dado que los mayores presentan procesos de interferencia de mayor magnitud
tanto en tareas de procesamiento automático como controlado.
                                                                 BIBLIOGRAFÍA
ANSTEY, K., BUTTERWORTH, P., BORZYCKI, M. y ANDREWS, S. (2006). Betweenand within- individual effects of visual contrast sensitivity on perceptual matching, processing speed, and associative memory in older adults. Gerontology, 52,
124-130.
ANTÓN, M. (2007). Funcionalidad y antienvejecimiento: capacidades instrumentales.
En T. Ortíz (Ed.), Envejecer con salud (pp. 185-198). Barcelona: Editorial Planeta.
BELSKY, J. (2001). Psicología del envejecimiento. Madrid: Paraninfo.
BENTOSELA, M. y MUSTACA, A. (2005). Efectos cognitivos y emocionales del envejecimiento: aportes de investigaciones básicas para las estrategias de rehabilitación.
Interdisciplinaria, 22(2), 211-235.
BORAITA, L. (2000). ¡Muévete corazón! Madrid: Fundación Española del Corazón.
BOTELLA, J. (2005). La salud y el envejecimiento. El estado de salud de las personas
mayores. En S. Pinazo y M. Sánchez (Eds). Gerontología. Actualización, innovación
y propuestas (pp. 93-113). Madrid: Pearson Prentice Hall.


ANÁLISIS

ANÁLISIS DEL ARTICULO DE ENVEJECIMIENTO
El envejecimiento es un proceso involutivo lo que quiere decir es lo contrario al crecimiento y desarrollo en el artículo toman en cuenta el envejecimiento como un reto de salud ya que el número de personas adultas mayores va en aumento por el aumento en la esperanza de vida debido a los avances en la medicina y en otros campos relacionados que aumentan la esperanza de vida.

En el artículo se mencionan las medidas preventivas para favorecer a los adultos mayores para que vivan la vejez con mayor calidad de vida y requieran menos servicios sanitarios .Para esto se mencionan las deficiencias y procesos del envejecimiento que afectan la calidad de vida y se menciona la gerontología como la ciencia que investiga todos esos cambios y ya que se llegan a entender sean aplicables para mejorar la calidad de vida en los adultos mayores.

En conclusión el envejecimiento es un proceso de carácter involutivo  que a largo plazo se convierten un problema de salud por lo que es necesario prevenir en base actividades como el ejercicio físico y la actividad mental para mantener a los adultos mayores en buen estado de salud y así requieran de menores servicios sanitarios 








ACTIVIDADES 
                ENCUENTRA LAS 6 DIFERENCIAS



VÍDEOS 




No hay comentarios:

Publicar un comentario